sábado, 3 de mayo de 2014

Hoyo de Manzanares dice adiós al cura Alejandro Peñamedrano

 Con una emotiva misa, numerosos vecinos de Hoyo de Manzanares dijeron adiós a quien fuera párroco de la Iglesia durante 39 años. Oficiada por el actual párroco Ángel Luis Caballero, acompañado por varios presbíteros, entre ellos dos compañeros de carrera, el castrense Benjamín, Lorenzo y el nuevo sacerdote.
Alejandro Peñamedrano Flores falleció el pasado 13 de abril, víctima de una larga enfermedad. La misa fue celebrada el pasado 29 de abril, justo el día en que cumpliría 74 años.
Después del acto litúrgico, varios compañeros y vecinos ofrecieron unas palabras de homenaje hacia su persona y su trabajo: el cura José María, Antonio Montero, Marisa Baelo, Juan Santos, Rafael Martín, Mari Mar Guerra, Lorenzo Blasco, Sonia Brox, Marta Brox, Juan Francisco Egido, Lorenzo Baelo y cerró el acto Ramón Regueiras, alcalde de Hoyo.

4 comentarios:

Almu dijo...

Fue fantástico recordarte.
Tu sello quedo marcado para siempre en la vida de muchos de nosotros.
Doy gracias por haberte conocido.
Hasta siempre Don Al.


Rafael Martín Moyano dijo...

Damos gracias a quienes nos dieron la oportunidad de despedirnos y recordar a un hombre bueno y un excepcional sacerdote, que estará siempre presente en nuestro recuerdo agradecido

Unknown dijo...

Yo soy veraneante en Hoyo de Manzanares y me acabo de enterar con cuatro años de diferencia de esta triste noticia.

Para mí era un sacerdote muy bueno y muy liberal y sinceramente desde que se marchó hace años se le ha echado mucho en falta. Era una persona irrepetible y sinceramente una gran persona. Voy a extrañarle muchísimo.

Pensaba que continuaba como sacerdote en Alpedrete. Es una triste pérdida para la iglesia de Hoyo de Manzanares y para la Iglesia católica en general.

Era uno de los sacerdotes que con sus liturgias inculcaba amor y cariño. Sus sucesores por desgracia no tienen "la chispa" que tenía el entrañable Alejandro. Le voy a echar mucho de menos.

Unknown dijo...

Alejandro era uno de los pocos sacerdotes "potables" y buenos que he conocido en mi vida. Sin extremismos ideológicos y sin sectarismo alguno.