La excursión incluía una visita a un secadero de jamones, donde se pudo ver y comprobar el proceso de salado, secado, prensado y curación de jamones serranos e ibéricos. Las instalaciones son una de las más importantes de España, albergando 300.000 jamones, con una salida semanal de 3.000 piezas.
Los caldereteros, como es costumbre, llenaron la panza con un almuerzo variado e intenso en colesterol, un aperitivo de jamón, una comida de hermandad abundante y suculenta y, para remate, un bocadillo de cena a la vuelta a Hoyo. En el paseo que algunos se dieron por la ciudad se contemplaron las hermosas murallas y las sobrias iglesias, así como las obras del plan E afectando a varios monumentos.
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