La última conferencia de otoño sobre la cerámica se vinculó al 50 aniversario de la Peña El Botijo
Miki García (ICV), Marco Peiteado (ICV), Teles Jiménez (El Botijo), Juanjo Crespo(concejal), Marisa Baelo (Cosas de Hoyo) y Victoria Barderas (alcaldesa)
Marco Peiteado, científico titular del Instituto de Cerámica y Vidrio de Madrid ICV-CSIC, fue el encargado de clausurar el ciclo de Conferencias de Otoño 2025, con su ponencia sobre "El extraordinario mundo de la Cerámica: del botijo a la exploración espacial", el pasado 29 de noviembre en el Centro de Cultura. En este caso estuvo ligada a la celebración del 50 aniversario del nacimiento de la Peña El Botijo en Hoyo de Manzanares, incidiendo especialmente en las claves del funcionamiento del botijo.
Parte del equipo del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC
Con gran asistencia de público, el ponente planteó imaginar un mundo donde la cerámica no solo construye, sino que cura enfermedades. Donde beber agua cristalina y respirar aire puro es posible gracias a dispositivos cerámicos que únicamente usan la luz del sol para eliminar toxinas y destruir contaminantes. Donde tu ropa, tejida con hilos cerámicos inteligentes, convierte cada paso que das en energía para cargar tu móvil. Incluso podrías viajar hasta los confines del universo en naves que no necesitan combustible. Todo esto, que parece ciencia ficción, en realidad no lo es; es solo una muestra del futuro que estamos empezando a construir en torno al extraordinario mundo de los materiales cerámicos. Y es que, aunque la cerámica nos ha acompañado desde tiempos muy antiguos, no es hasta hace bien poco cuando la explotación de sus propiedades a escala sub-microscópica (nanométrica) ha supuesto toda una revolución que ha ampliado enormemente su espectro de aplicaciones tecnológicas, pasando a ser un elemento clave en la construcción de las ciudades del futuro, en el desarrollo de nuevos métodos de diagnosis y tratamiento de cáncer, en la configuración de instrumentos de computación avanzada o en la explotación de fuentes de energía sostenible. Y todo sin dejar de lado su papel crucial en usos tradicionales como el de los azulejos, la loza, los sanitarios y, por supuesto, los botijos. Porque no hay que olvidar que a veces las tecnologías más complejas nacen de ideas tan ingeniosas, y aparentemente sencillas, como el mecanismo de un botijo.
La conferencia organizada por la Concejalía de Cultura, que ya se había presentado en Hoyo conCiencia, terminó en la Peña El Botijo, que invitó a los asistentes con sus suculentos pinchos morunos.
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