viernes, 28 de marzo de 2014

Rafael Herrero escribe en su libro “La plaza del silencio” sobre Chueca y Hoyo

“La plaza del silencio” es la primera novela que escribe Rafa Herrero, muy ligado a Hoyo de Manzanares y propietario de la Librería Azul. En ella se narra una turbia historia que ocurre durante los últimos días del franquismo en el barrio madrileño de Chueca antes de que éste se convirtiese en referencia universal para el movimiento gay.
Es una historia, dentro del género de novela negra, con bastante carga psicológica, y una intensa reflexión sobre la intolerancia, el miedo, y la culpa. Perdedores, arrastrados por unos acontecimientos dolorosos, y crueles.
Se desarrolla en el año 1975, los últimos días de la muerte de Franco. Las últimas ejecuciones del franquismo, en el acuartelamiento de Hoyo de Manzanares, y en Cataluña. El desarrollo de la novela, nos va trasladando por el barrio de Chueca, en Madrid, el pueblo de Hoyo de Manzanares, y el pueblo de Miño, en Galicia.
“Llevo viviendo en la zona de Hoyo de Manzanares desde hace muchos años: El Berrocal, La Orotava, El Roquedal..., y por otro lado, nací en el barrio de Chueca. Así que esos dos mundos, tan próximos, me permiten sentir que el paisaje es más que un paisaje, más que un telón de fondo. Se transforma en un personaje fundamental del relato”, afirma Rafa, entrevistado esta semana en Radio Nacional y otros medios de comunicación.
Antes de La plaza del silencio, el autor ha escrito guiones y obras de teatro, alguna de ellas, como No me hagas daño,merecedora de premios.
“Si la historia es buena como ésta lo es, si la intriga nos prende como ocurre con ésta desde el primer párrafo, la aventura de leer nos hace volar una vez más con toda su fuerza”, asegura Ana Diosdado.
Rafa Herrero firmará ejemplares de su obra en La Librería Azul los próximos domingos 30 de marzo y 6 de abril, de 12,00 a 14,00 horas.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí todo se arregla con borrar de un tajo todos los comentarios.
No se puede opinar.
Si se tiene una opinión diferente a los intereses fácticos botellineros se prohíbe tener opinión.
Mal vamos.

Anónimo dijo...

Chueca y Hoyo, intrinsecamente relacionados.... a ver si sale alguien de Silicom Valley y Hoyo.... por las minas de Radon digo yo!!!

Anónimo dijo...

El encabezado de este blog dice “Blog para informar, comentar y opinar sobre nuestro pueblo, siempre bajo el respeto”
Pues llego la censura a cosas de hoyo. La entrada del domingo 16 de marzo titulada Flores de primavera en Hoyo, llego cosechar casi 60 entradas, todo un record de participación. El tema que al principio parecía no ser nada más que un problema de un vecino, acabamos descubriendo por las aportaciones de los participantes, que es hasta tratado en los plenos municipales.
Bueno pues todos los comentarios han desaparecido, y no solo eso sino que se ha eliminado la opción de añadir nuevos.
Que el dueño de este foro haga con él lo que desee me parece lógico, está en su derecho, pero si no está dispuesto a ver publicados comentarios que no son de su gusto, me parecería más sensato que no permitiera los comentarios en ninguna de sus entradas, por que dejar opinar y luego borrar las opiniones es cuando menos poco ético.
El tema del respeto, pues esta hay y cada uno es responsable de sus modos, y el borrar las entradas, no soluciona nada, esa falta de respeto de algunos está presente todos los días, y directa o indirectamente no nos queda más que soportarla en la calle, tienda, trabajo y hasta en casa. El borrar solo oculta la realidad que sigue ahí fuera.

Anónimo dijo...

Pues enhorabuena Rafa,
No sabia que escribías, a ver si me la leo !!



Anónimo dijo...

Esta claro que la mayoría de la gente quiera tranquilidad, seguridad y disfrutar de la naturaleza, y no quieren ruidos, suciedad, molestias e inseguridad.
Parece que nuestros arrogantes políticos aceptan de mala gana que se considere un disparate sus líneas maestras para beneficiar a unos pocos y perjudicar a todo un pueblo.

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el libro!

Anónimo dijo...

Chueca y Hoyo relacionados, menuda amalgama, lo que nos faltaba mezclar "churras con merinas".