lunes, 8 de febrero de 2016

Continúa la recogida en Hoyo de Manzanares de donativos para el SaharaMarathon

La iniciativa solidaria impulsada en Hoyo por Vicente Grande Duque, presidente de la Asociación Deportiva de Corredores (ADCHoyo), de recoger donativos y material escolar y medicamentos para los campamentos de refugiados Saharauis de Tindouf (Argelia) a través del SaharaMarathon sigue su curso con gran aceptación. Hasta la semana pasada se llevaban recaudados 1.110 euros a través de la iniciativa que ha creado Vicente dentro del proyecto de ayuda de la Organización del evento .
En lo que se refiere a la campaña de recogida de medicamentos, se está efectuando en las tres farmacias locales (Martín, El Cerrillo y Polideportivo), mientras los materiales escolares se recogen a muy buen ritmo en La Librería de Hoyo, Librería Azul y Colegio Virgen de la Encina.

Un jugador del Primera de Fútbol de Hoyo, nos cuenta su experiencia en el Sahara Maratón
Pablo García, que lleva ya dos temporadas como jugador del equipo de Primera de Aficionados de Hoyo, es asiduo al Sahara Marathon desde el 2011 "para correr, pero sobre todo para convivir con un pueblo exiliado y olvidado desde hace 40 años que lleva sufriendo en una tierra árida e inhóspita cerca de Tinduf en Argelia. Los saharauis se encuentran en campos de refugiados que son considerados los de más duración de la historia y tienen una población estimada de unos 250.000 habitantes dividida en distintos campos, el de mayor población es el de Smara que es donde termina la carrera y donde nos alojamos en las jaimas de las familias para durante una semana convivir con ellos y poder ver y sentir el sufrimiento humano por una situación injusta que dura ya muchísimos, demasiados años, sin que los países implicados, sobre todo España y Marruecos quieran poner fin a la situación en la que las resoluciones de la ONU les instan a que hagan un referéndum para poder reconocer su país y volver a su tierra".
"La convivencia con el pueblo saharaui te abre el espíritu y la mente ya que es un pueblo luchador, solidario y humilde donde lo poco o nada que tienen te lo ofrecen para hacerte sentir como en tu propia casa, y aprendes de ellos el espíritu de superación en una tierra que es incultivable donde la luz se consigue con baterías de coches enganchadas a placas solares y el agua llega en camiones cuando puede llegar. La población saharaui no vive, hace algo mucho más importante, sobrevive con los pocos recursos que tienen que son todos gracias a la ayuda exterior, por eso es muy importante dar a conocer su situación que no deja de ser la de unos exiliados de su tierra, por lo que toda ayuda es necesaria y recibida con los brazos abiertos.
Fotos de Pablo García
Dentro de los campamentos se ha creado una sociedad donde el elemento primordial se basa en la ayuda al prójimo y la educación, hay muchas escuelas y guarderías para que los niños puedan alfabetizarse y estudiar y el día de mañana salir de los campos para estudiar una carrera que siempre está focalizada en poder volver y ponerla en práctica ayudando a su gente, es decir, muchos jóvenes se desplazan con programas de ayuda a Cuba para estudiar medicina, magisterio, odontología por ejemplo.
En cuanto a la carrera, es una prueba eminentemente solidaria en unas condiciones climáticas durísimas porque el calor es extremo durante la prueba y el terreno por el que transcurre es desértico de dunas con muchísima arena la mayor parte y la otra parte es muy pedregoso, empieza en El Aaiun pasando por Auserd y finalizando en Smara, también se puede correr la media maratón o incluso la prueba de 10 y de 5 kilómetros. Los recibimientos al paso por los diferentes campamentos son la medalla de oro que nos llevamos los corredores dentro del corazón y no se puede pagar con nada como esos aplausos de agradecimiento por parte de sus gentes de poder darles voz y contar su historia para que el mundo no olvide que tiene a 250000 personas esperando ya demasiado tiempo a que llegue su solución. La otra parte para todo corredor que no va a olvidar son los pasos por las dunas con un infinito que no termina nunca mires a donde mires y con el único compañero que es el silencio y te hace sentirte diminuto entre la inmensidad del desierto.
La carrera dura un día pero la experiencia de la convivencia será eterna en todos y todas las personas que alguna vez han convivido con los saharauis", afirma Pablo García Sacristán.

No hay comentarios: